Aunque quizás no lo sepas, dispones de una herramienta infalible que te permite distinguir cuándo lo que haces está conectado con tu propósito y cuando no: tus emociones.

Son la brújula hacia tu IKIGAI.

Cuando aquello que haces te hace sentirte cansada, desmotivada, estresada o angustiada, te estás alejando de tu zona de excelencia, y por lo tanto, de tu IKIGAI.

Cuando lo que haces te hace sentirte plena, feliz, alegre, motivada, cargada de energía, contribuyendo sin esfuerzo y aportando a las personas de tu entorno, entonces sabes que lo que haces está conectado con tu IKIGAI.

Escucha tus emociones y mantente conectada con tu propósito en cada momento.