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Lucía Vásquez Mitchell
Me sientí super identificada con la historia de María. Antes de entrar al taller de «Plena y Feliz»,ya había tirado la toalla con respecto a bajar de peso, sabía lo que tenía que hacer pero no lo hacía, estaba cansasda de las constantes dietas sin resultado y que si resultaban a la semana subía el doble de peso. De la báscula ni hablar, me subía tirando todo el aire fuera,¡a ver si así peso un gram menos…y nada!. Me miraba al espejo y me decía ¡estás cada vez más inchada, te ves fatal!, sabía que tenía que hacer algo pero ya no sabía que más hacer. Salir era una odisea, me cambiaba de ropa como tres veces y nada me hacía sentir bien, me sentía cada vez más insegura, culpable y avergonzada de mí. Siempre demostré mucha fuerza de voluntad, pero ahora me doy cuenta que mi fuerza de voluntad era a base de sufrimiento para lograr mi objetivo de bajar de peso, era muy dura conmigo misma. Ahora sé (gracias a ti Paloma) cual era mi intención positiva que llenandome de amor, soltaré todo ese peso que deseo soltar.
Yo también me siento identificada con el ejemplo. No solo he comido más de la cuenta por quedar bien, también para no tirar la comida. No consigo entender qué intención positiva puede haber detrás de algunos comportamientos, pero sí me queda claro que con los nuevos comportamientos tengo que buscar la intención positiva que realmente me beneficie y me adentre en un vida más saludable. Gracias, Paloma. Muy ilustrativo.
Esta lección me ha abierto los ojos al trabajo que tengo por delante para gestionar mis emociones desde su origen, es decir, porqué me pasa o reacciono como lo hago.
Con respecto a mi aspecto yo me miento mentalmente cuando me miro al espejo, es parecido a lo que les pasa a las anoréxicas que se ven siempre gordas, yo me digo a mí misma, pues no está mal, eso te queda bien… te disimula… y luego me veo en la fotos y pienso ¡esa no soy yo! No entiendo como mi mente puede lograr engañarme tanto, aunque ya voy encontrando explicaciones a todos estos misterios…
A lo largo de la edad adulta he tratado bajar de peso en muchas ocasiones, y en aquel entonces no tenía sobrepeso, simplemente cogía algún kilo de más, pero me miraba al espejo y no me gustaba lo que veía porque no seguía los cánones de belleza de extrema delgadez, estaba delgada, pero no en extremo y yo lo que quería era verme como las modelos de las revistas o la tele, porque pensaba que así gustaría más. Inseguridad pura, vamos, me doy cuenta… Y por qué todo el mundo siempre parecía estar a dieta…
Sabía lo que había que hacer, si quieres adelgazar, hay que dejar de comer y ejercicio… leía libros, iba a distintas dietistas, me ponía a dieta estricta, fundamentalmente con el objetivo de llegar más delgada al verano y poder ponerme el bikini o un vestido de verano y estar más guapa. Al final no conseguía mantenerlas en el tiempo, me aburría, me resultaban difíciles, con lo que después de una temporada a dieta, volvía a lo de siempre…
Leyendo a Nuria me hizo recordar que no solo una sino varias veces me han dicho que si estoy embarazada, al principio me daba mucho coraje pero aun asi les contestaba que me habia quedado como muestra despues de 8 embarazos…es frustrante y por mucho que trate de disimular un poco mi obesidad es imposible
he descubierto que he vivido de buenas intenciones positivas pero con comportamientos pesimos por no quedar mal, por complacer a los demás o a mis emociones mal manejadas. Ahora se que tengo que buscar otras alternativas o comportamientos que no me alejen de mi meta final y que no afecten a los demás y asi no tener remordimientos y obtener buenos resultados.
Me siento totalmente identificada con el ejemplo. Antes me funcionaba, hacía una mini dieta y perdía el peso. Sin embargo, estos últimos años, no he parado de hacer dietas y la báscula apenas se ha movido. En mi caso, no he dejado de hacer dieta, a lo mejor me permitía un dia picar algo, lo que sí dejaba era de acudir a citas sociales, fiestas, a la playa para que no me vieran. La gente tampoco ayuda Paloma, la última fiesta que fui, dejé atrás mis complejos, pensé que nadie notaría mi subida de peso, y un gracioso va y me suelta «Núria, has subido de peso verdad?»…. ahí dejé de creer que podía disimular el peso con la ropa y cogí más inseguridad. No le dije lo que pensé yo de él por el paso de los años…..
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Me sientí super identificada con la historia de María. Antes de entrar al taller de «Plena y Feliz»,ya había tirado la toalla con respecto a bajar de peso, sabía lo que tenía que hacer pero no lo hacía, estaba cansasda de las constantes dietas sin resultado y que si resultaban a la semana subía el doble de peso. De la báscula ni hablar, me subía tirando todo el aire fuera,¡a ver si así peso un gram menos…y nada!. Me miraba al espejo y me decía ¡estás cada vez más inchada, te ves fatal!, sabía que tenía que hacer algo pero ya no sabía que más hacer. Salir era una odisea, me cambiaba de ropa como tres veces y nada me hacía sentir bien, me sentía cada vez más insegura, culpable y avergonzada de mí. Siempre demostré mucha fuerza de voluntad, pero ahora me doy cuenta que mi fuerza de voluntad era a base de sufrimiento para lograr mi objetivo de bajar de peso, era muy dura conmigo misma. Ahora sé (gracias a ti Paloma) cual era mi intención positiva que llenandome de amor, soltaré todo ese peso que deseo soltar.
Yo también me siento identificada con el ejemplo. No solo he comido más de la cuenta por quedar bien, también para no tirar la comida. No consigo entender qué intención positiva puede haber detrás de algunos comportamientos, pero sí me queda claro que con los nuevos comportamientos tengo que buscar la intención positiva que realmente me beneficie y me adentre en un vida más saludable. Gracias, Paloma. Muy ilustrativo.
Esta lección me ha abierto los ojos al trabajo que tengo por delante para gestionar mis emociones desde su origen, es decir, porqué me pasa o reacciono como lo hago.
Con respecto a mi aspecto yo me miento mentalmente cuando me miro al espejo, es parecido a lo que les pasa a las anoréxicas que se ven siempre gordas, yo me digo a mí misma, pues no está mal, eso te queda bien… te disimula… y luego me veo en la fotos y pienso ¡esa no soy yo! No entiendo como mi mente puede lograr engañarme tanto, aunque ya voy encontrando explicaciones a todos estos misterios…
A lo largo de la edad adulta he tratado bajar de peso en muchas ocasiones, y en aquel entonces no tenía sobrepeso, simplemente cogía algún kilo de más, pero me miraba al espejo y no me gustaba lo que veía porque no seguía los cánones de belleza de extrema delgadez, estaba delgada, pero no en extremo y yo lo que quería era verme como las modelos de las revistas o la tele, porque pensaba que así gustaría más. Inseguridad pura, vamos, me doy cuenta… Y por qué todo el mundo siempre parecía estar a dieta…
Sabía lo que había que hacer, si quieres adelgazar, hay que dejar de comer y ejercicio… leía libros, iba a distintas dietistas, me ponía a dieta estricta, fundamentalmente con el objetivo de llegar más delgada al verano y poder ponerme el bikini o un vestido de verano y estar más guapa. Al final no conseguía mantenerlas en el tiempo, me aburría, me resultaban difíciles, con lo que después de una temporada a dieta, volvía a lo de siempre…
Leyendo a Nuria me hizo recordar que no solo una sino varias veces me han dicho que si estoy embarazada, al principio me daba mucho coraje pero aun asi les contestaba que me habia quedado como muestra despues de 8 embarazos…es frustrante y por mucho que trate de disimular un poco mi obesidad es imposible
he descubierto que he vivido de buenas intenciones positivas pero con comportamientos pesimos por no quedar mal, por complacer a los demás o a mis emociones mal manejadas. Ahora se que tengo que buscar otras alternativas o comportamientos que no me alejen de mi meta final y que no afecten a los demás y asi no tener remordimientos y obtener buenos resultados.
Me siento totalmente identificada con el ejemplo. Antes me funcionaba, hacía una mini dieta y perdía el peso. Sin embargo, estos últimos años, no he parado de hacer dietas y la báscula apenas se ha movido. En mi caso, no he dejado de hacer dieta, a lo mejor me permitía un dia picar algo, lo que sí dejaba era de acudir a citas sociales, fiestas, a la playa para que no me vieran. La gente tampoco ayuda Paloma, la última fiesta que fui, dejé atrás mis complejos, pensé que nadie notaría mi subida de peso, y un gracioso va y me suelta «Núria, has subido de peso verdad?»…. ahí dejé de creer que podía disimular el peso con la ropa y cogí más inseguridad. No le dije lo que pensé yo de él por el paso de los años…..