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Lucía Vásquez Mitchell
Me ha gustado mucho el ejercicio del espejo; lo que ví me ha emocionado mucho que me han caído lágrimas de recuerdos, he recordado a mi abuela, siempre mi madre y mis tíos me ha dicho que me parezco a ella, y ahora que la tengo de ángel en el cielo me ha llenado de lágrimas, recordar que no pude despedirme de ella y más aún darme cuenta que lo que no me gustaba de mí cara es justamente en lo que me parezco a ella que son mis pecas,siempre buscaba cremas para borrarlas, ahora que las he visto con amor y me han gustado mucho. lo que más me gusta de mí es mi sonrisa y ya me siento más segura de que no volverá a borrarse jamás gracias a veros encontrado a ti y tu equipo Paloma.
Nunca me ha dado miedo mirarme en el espejo, aunque estos últimos años reconozco que, aunque la cara no me la veo mal, si veo mal mi cuerpo. Y me castigo por ello y me digo que estoy fatal, no me veo bien con casi nada de ropa…con toda la que tengo.
Esta lección me ha enseñado que tengo que quererme y hablarme con amor y que sí conseguiré mi objetivo de adelgazar.
A mí nunca me ha dado miedo ni vergüenza mirarme en los espejos. Ni siquiera desnuda. Pero reconozco que lo de las fotos lo llevo mal. Nunca me he considerado fotogénica. Así que, eso lo voy a cambiar. Me ha encantado el video de la lección. Además, esta semana lo he vivido en carne propia. Me he despedido del trabajo y cuando me he despedido de mis compañeros, todos ellos, incluso con los que menos relación tenía, me han dicho cosas preciosas, cosas que no me creo de mí misma. ¿Estaré equivocada? Seguro que con este programa me demuestro a mí misma que sí lo estaba. Gracias, bonita lección!
A mí también me sucede que no me reconozco en las fotos y no me gustó. Las personas de mi entorno más cercano me dicen que ya me notan mi pérdida de volumen, en la ropa, en el cuerpo, en la cara; yo todavía no me lo veo, al menos no tanto como me dicen y sin embargo sí me digo a mí misma que estoy en el camino. Hoy he cabido en un vestido una talla menos de la que usaba. Ha sido fantástico. Me ha movilizado aún más para hacer ejercicio. Y luego en la ducha, además de bailar y cantar mientras me duchaba, más que mirarme al espejo me he estado magreando para notar cómo habían bajado volumen mis muslos, mi tripa y toda yo. Me he dado un repaso que ni mi marido, oye! 😀
Me ha sorprendido mucho el ejemplo de Mónica. En los últimos 3 años no he querido que me hicieran fotos. No tengo recuerdos ni de las vacaciones. Les decía a mis hijos y marido: no quiero que me hagáis fotos, estoy gorda y salgo fatal. Y mi hijo me contestó: Mamá, cuando estabas delgada decías lo mismo!! Cuanta razón tenía, he mirado las fotos de entonces y ojalá estuviera así ahora!! Voy a conseguirlo, voy a volver a ser yo porque me voy a hablar con amor.
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Me ha gustado mucho el ejercicio del espejo; lo que ví me ha emocionado mucho que me han caído lágrimas de recuerdos, he recordado a mi abuela, siempre mi madre y mis tíos me ha dicho que me parezco a ella, y ahora que la tengo de ángel en el cielo me ha llenado de lágrimas, recordar que no pude despedirme de ella y más aún darme cuenta que lo que no me gustaba de mí cara es justamente en lo que me parezco a ella que son mis pecas,siempre buscaba cremas para borrarlas, ahora que las he visto con amor y me han gustado mucho. lo que más me gusta de mí es mi sonrisa y ya me siento más segura de que no volverá a borrarse jamás gracias a veros encontrado a ti y tu equipo Paloma.
Nunca me ha dado miedo mirarme en el espejo, aunque estos últimos años reconozco que, aunque la cara no me la veo mal, si veo mal mi cuerpo. Y me castigo por ello y me digo que estoy fatal, no me veo bien con casi nada de ropa…con toda la que tengo.
Esta lección me ha enseñado que tengo que quererme y hablarme con amor y que sí conseguiré mi objetivo de adelgazar.
A mí nunca me ha dado miedo ni vergüenza mirarme en los espejos. Ni siquiera desnuda. Pero reconozco que lo de las fotos lo llevo mal. Nunca me he considerado fotogénica. Así que, eso lo voy a cambiar. Me ha encantado el video de la lección. Además, esta semana lo he vivido en carne propia. Me he despedido del trabajo y cuando me he despedido de mis compañeros, todos ellos, incluso con los que menos relación tenía, me han dicho cosas preciosas, cosas que no me creo de mí misma. ¿Estaré equivocada? Seguro que con este programa me demuestro a mí misma que sí lo estaba. Gracias, bonita lección!
A mí también me sucede que no me reconozco en las fotos y no me gustó. Las personas de mi entorno más cercano me dicen que ya me notan mi pérdida de volumen, en la ropa, en el cuerpo, en la cara; yo todavía no me lo veo, al menos no tanto como me dicen y sin embargo sí me digo a mí misma que estoy en el camino. Hoy he cabido en un vestido una talla menos de la que usaba. Ha sido fantástico. Me ha movilizado aún más para hacer ejercicio. Y luego en la ducha, además de bailar y cantar mientras me duchaba, más que mirarme al espejo me he estado magreando para notar cómo habían bajado volumen mis muslos, mi tripa y toda yo. Me he dado un repaso que ni mi marido, oye! 😀
Me ha sorprendido mucho el ejemplo de Mónica. En los últimos 3 años no he querido que me hicieran fotos. No tengo recuerdos ni de las vacaciones. Les decía a mis hijos y marido: no quiero que me hagáis fotos, estoy gorda y salgo fatal. Y mi hijo me contestó: Mamá, cuando estabas delgada decías lo mismo!! Cuanta razón tenía, he mirado las fotos de entonces y ojalá estuviera así ahora!! Voy a conseguirlo, voy a volver a ser yo porque me voy a hablar con amor.
Con un espejo pequeño es más fácil mirarse.