La semana pasada estuve esquiando.
Vivir en Lanzarote tiene la ventaja de que tenemos sol y playa todo el año; así que, desde que vivó aquí, comencé a coger vacaciones en invierno para ir una semana a esquiar.
Cada año espero con ilusión la llegada de esa semana de esquí. Pero, como pasa casi un año entre una vez y otra, el primer día siempre me supone una salida grande de mi zona de confort.
Voy cargada con capas de ropa que me impiden moverme libremente, las botas aprietan una barbaridad, con los guantes me siento patosa, el frío hace que me encoja, las pistas se me antojan empinadísimas, y mi mente comienza a enumerarme la cantidad de peligros que puedo correr.
Sin embargo, meto los pies en los esquís, tomo aire y … me deslizo suavemente por la primera pendiente disfrutando como una niña.
10 minutos después me río de mi misma, porque cada año me sucede lo mismo.
Y todo esto, ¿qué tiene que ver todo esto con adelgazar?
Pues en realidad, bastante.
Si leíste mi post anterior “Muros (derribables) que te impiden tomar acción para adelgazar”, ya sabrás que las dos principales razones por las que, a pesar de querer en adelgazar, no tomas acción, son tu cerebro (que te boicotea) y tus miedos.
Exactamente igual que me pasa a mí antes de comenzar a esquiar.
¿Y qué es lo que hago yo para esquiar que tú puedes aplicar para adelgazar?
No, no se trata de que te tires por una pendiente (jijiji).
Lo primero es identificar tus miedos.
Y aquí llega el momento de recordar que tus miedos NO SON MALOS.
El miedo es una de las emociones más primitivas y aparece para protegerte de algo que percibes como una amenaza.
Párate a escuchar lo que te estás diciendo e identifica la amenaza que percibes detrás. Te dejo algunos ejemplos de frases que muy a menudo escucho a las alumnas de “Plena y Feliz con +50” y de la amenaza que su subconsciente percibe detrás de ellas:
– “No voy a lograrlo”: no ser capaz.
– “Será una pérdida de tiempo”: perder el tiempo y/o a esforzarte sin recompensa.
– “A mí no funcionará”: no ser como las demás o equivocarte en tu decisión.
– “No tengo ganas de sufrir y dejar de comer/hacer lo que me gusta”: perder tu libertad.
– “Seguro que abandono antes de llegar al final”: no ser suficiente.
– “Ahora no es mi momento”: no merecerlo.
Una vez que has identificado tus miedos, llega el momento de desmontarlos.
Y para ello la palabra clave no es “amenaza” sino “percibes”.
Si tomas tu lista de amenazas te darás cuenta de que lo que imaginas que sucederá no existe todavía. Tu mente te proyecta hacia un futuro terrible, pero inexistente.
Es decir, que lo que tanto temes que suceda NO ES REAL.
Pero como ya te ha sucedido otras veces, temes que vuelva a pasar, y lo percibes como una amenaza real.
Y, sin duda, se convertirá en realidad si haces lo mismo que has hecho otras veces.
Las mismas acciones que llevas repitiendo durante años (privarte y castigarte con dietas restrictivas o ejercicios agotadores; catigarte y premiarte con la comida; esconder tus emociones, …) te conducirán al mismo resultado. Y entonces la amenaza SÍ será real.
Pero como tu futuro depende de las decisiones que tomes HOY, puede decidir hacer algo distinto esta vez, como poner a trabajar a tu favor tus pensamientos y emociones. Y que ellos te ayuden a crear el futuro que quieres, no el que temes.
Una vez hayas tomado esta decisión llega el momento de evaluar tus cualidades personales, que sin duda son muchas (aunque de primeras no se te ocurran demasiadas).
Te invito a tomar lápiz y papel; ponerte un cronómetro de 60 segundos y ver cuántas de tus cualidades eres capaz de escribir en ese tiempo. Luego podrás ir añadiendo a esa lista otras que se te ocurran (me encantará que las compartas en los comentarios).
Si en un minuto no has escrito al menos 15 de tus cualidades, te invito a que preguntes a 5 personas que te conozcan bien y completes la lista.
El siguiente paso consiste en elegir de entre tus cualidades aquellas que te ayudarán en este proceso.
Por ejemplo, si eres creativa, serás capaz de encontrar distintos caminos para alcanzar tu objetivo de adelgazar; y podrás elegir el que más te guste y menos te cueste.
Si eres tenaz, no te rendirás a la primera cuando las cosas no vayan como tú quieres; y seguirás intentándolo.
¿Eres alegre, buena persona, carismática, dicharachera, empática, práctica, estudiosa, madraza, lista, positiva, generosa, pro-activa, …?
¿Cómo puedes aplicar esas cualidades (que seguramente ya aplicas en otros ámbitos de tu vida) a tu propósito de adelgazar?
Siendo consciente de tus puntos fuertes y apoyándote en ellos llega el momento de identificar tus necesidades de aprendizaje.
Porque es más fácil acallar tus miedos con herramientas que te den seguridad que si decides saltar al vacío confiando en que haya una red que te recoja al final.
¿Qué es lo que necesitas aprender o qué habilidades necesitas incorporar al proceso de adelgazar? ¿Quién necesitas que te apoye, te acompañe o te guíe en este proceso?
¿Sabes cómo manejar esos pensamientos que te impiden tomar acción para adelgazar y crear afirmaciones positivas que los transformen y que te impulsen?
¿Sabes cómo manejar tus emociones para que sean el combustible que te haga imparable en lugar de ser el lastre que te mantiene atada a la comida?
¿Sabes cómo activar tu motivación para que no sólo te dé el empujón inicial, sino que te mantenga en marcha hasta conseguir tu objetivo?
Si la respuesta a estas preguntas te lleva a la conclusión de que es tu momento de tomar acción pero sola no lo conseguirás, te invito a que te unas GRATIS a la Clase Inaugural de “Plena y Feliz con + 50” que se celebrará hoy miércoles 9 de febrero a las 18:30 h (Madrid).
Como cada vez que comienzo a acompañar a un nuevo grupo de mujeres en su transformación hacia una vida más plena y feliz, en la que el autoconocimiento y una correcta gestión de sus pensamientos y emociones les permita bajar de peso, me siento muy emocionada.
Y estoy deseando ver lo lejos que van a llegar en los próximos 6 meses.
Y tú ¿dónde quieres estar dentro de 6 meses? Toma acción HOY para crear ese futuro que tanto deseas.
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