¡Feliz Año Nuevo!
Aprovecho este post para desearte … que abras tu mente y tu corazón a todo lo que te traiga el 2021, sea lo que sea.
Porque lo que tenga que pasar, pasará.
Y será tu forma de interpretar lo que pase la que determine al final si ha sido un año bueno o no.
El mío será bueno, seguro! Así lo deseo y así lo decido.
Hoy te cuento una historia de animales. Si los observamos con detenimiento, son grandes maestros.
“Ayer vi un gato tumbado tranquilamente bajo un coche.
Era un gato atigrado, peludo, y parecía estar disfrutando de una agradable siesta.
Los gatos siempre saben elegir dónde tumbarse.
El suelo estaba caliente por el sol pero el coche le proporcionaba la sombra necesaria para no acalorarse.
Era menudo, de orejas puntiagudas y cola alegre.
Corría arriba y abajo con sus cortas patitas, se paraba, olfateaba y seguía. De vez en cuando levantaba una pata y marcaba el terreno.
Y cada vez estaba más cerca del gato. Ninguno de ellos sabía de la existencia del otro. Pero el encuentro era inevitable.
Muy pronto el chihuahua estaba olisqueando el otro lado del coche donde el gato dormía.
Si hubiera mirado por debajo (cosa que le habría costado bien poco) lo habría visto. Pero estaba más interesado en otros olores.
El gato seguía con su siesta.
En su loco devenir, el chihuahua dio la vuelta al coche y levantó la pata justo en la rueda en la que el gato tenía apoyada la cabeza.
Y en ese momento … el gato abrió los ojos!
La bronca estaba servida.
El chihuahua se quedó petrificado. No sabía si bajar la pata o dejarla arriba. No quería precipitarse y provocar la pelea. Pero la postura ya era de por sí vergonzosa. Y, además, lo colocaba en clara desventaja frente a su enemigo.
El gato levantó la cabeza sin apenas incorporarse, lo justo para que sus ojos quedaran a la altura del chihuahua (si es que se puede hablar “altura” al pensar en un chihuahua).
Durante unos segundos que parecieron eternos, le miró intensamente.
El chihuahua decidió bajar la pata muy despacio, la apoyó en el suelo y se retiró de la escena con un par de saltitos.
El gato bajó la cabeza, cerró los ojos y continúo su siesta“.
En este año nuevo que comienza tú también tendrás muchos encuentros inesperados.
Aparecerán dificultades y “enemigos” a los que enfrentarte.
Dentro y fuera de ti.
Y claro que puedes reaccionar a ellos como hasta ahora, buscando consuelo o refugio en la comida.
Y seguir ganando peso un año más.
Pero también puedes aprender cómo usar tu poder personal para vencerlos sin ni siquiera levantarte a pelear … igual que el gato bajo el coche.
Y comenzar a bajar de peso desde hoy mismo.
Si esto es lo que quieres, ya sabes, comienza hoy con “¡Quítate un peso de encima!”*
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Encantada!!!!!!