Durante la menopausia, muchas mujeres experimentan cambios significativos tanto físicos como emocionales.
Uno de los desafíos más comunes a afrontar durante esta etapa es el hambre emocional: ese deseo intenso de comer no por hambre física, sino como respuesta a emociones desagradables como la ansiedad, la tristeza, la frustración o la soledad.
El hambre emocional es una forma de intentar llenar un vacío emocional con comida, buscando confort o distracción temporal de esas emociones desagradables.
Recurrir repetidamente a la comida para satisfacer tus necesidades emocionales es la causa principal de ganar peso durante la menopausia.
Y aunque la comida te proporciona un alivio momentáneo, no resuelve el origen del problema.
Aprender a gestionar tus emociones te permitirá identificar cuáles de ellas están perjudicando tus hábitos alimenticios y satisfacer tus necesidades emocionales de manera más saludable sin tener que recurrir a la comida.
Recuerda: abordar el hambre emocional evitará que comas por razones equivocadas, te permitirá desarrollar una relación más equilibrada y saludable con la comida y ¡cuidar de ti misma para vivir más plenamente y feliz!
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