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Ana Alvarez
Me cuesta encontrar un recuerdo doloroso relacionado con la comida, aunque sí me vienen flashes de verme comiendo descontrolada por la ansiedad, igual que me vienen recuerdos de épocas en las que he estado delgada pero no por comer saludable y cuidarme sino también por estar viviendo momentos complicados a nivel emocional. Las emociones están presentes en esos recuerdos.
me encanta el ejercicio del mando a distancia, y aunque no tengo recuerdos directamente relacionados con la comida si identifico claramente el origen de mi tristeza, mi miedo y mi enfado…y tengo unos cuantos que cambiar asi que he hecho una lista para irlos trabajando uno cada semana, ya he trabajado el primero
el ejercicio es genial. No tengo ningún mal recuerdo de mi infancia respecto a la comida, porque siempre fui muy delgada y mi madre más bien conía bien poco. lo del sobre peso llegó después del fallecimiento de mi primer hijo, y luego con el segundo unos cuantos años después empecé a engordar sin parar. Todo como consecuencia de mis emociones contenidas, del miedo a muchas cosas, una veces inculcado por mis familiares y amigos y otras creado por mi misma por desconocimiento, por terror a lo que pudiera venir, por debilidad humana en definitiva. Con muchos de ellos ya me he encontrado y hemos hecho las paces, con otros aún me falta volver atrás y analizar bien aquel o aquellos momentos. Cierto que que creo en mi, y que he aprendido a mirar con las gafas de muchas perspectivas y me ayuda mucho a la hora de proyectar mi plan de vuelo.
Mi Mantra de siempre ha sido “ creas lo que creas” y siempre me ha funcionado para mi familia, mis amigos, mi trabajo lo que nunca habia pensado que también lo había hecho para mi persona. Yo comence a verme gorda despues que nació mi hija pero la verdad fue que me lo crei y lo cree porque alimente ese pensamiento. Si hasta ese momento de mi vida siempre habia sido delgada o mejor dicho nunca habia tenido problemas con la comida, ese era mi pensamiento y segui comiendo como antes en lugar de escuchar a mi cuerpo. Menos mal que ahora se como escucharlo y tengo claro la realidad y el futuro que quiero con el. TODO ESTA EN MI MENTE.
Yo no tengo ningún recuerdo relacionado con la comida. Tengo claro que como para calmar la ansiedad cuando tengo algún problema. A partir de ahora visualizare mi problema y seguramente al verlo con otras gafas no volveré a comer por ansiedad.
No tengo ningún mal Recuerdo ni En mi infancia ni en la adolescencia Yo siempre he sido una mujer más bien delgada como toda mi familia con una maravillosa educación sobre la comida Sana y saludable nada procesada. Fue a posterior. Pero este taller me ha enseñado a Quererme mas a valorarme más y que nadie puede hacerme daño.
LO QUE CREES CREA TU REALIDAD
TU ELIGES EN QUE CREER.
Yo empecé a engordar con 15 años por un tema de tiroides y porque en mi casa éramos de buen comer, yo fui siempre la flaca y enfermiza, mis padres son de buen comer, en su época lo pasarían regular en algún momento…nacieron con la guerra civil, hambre creo que no pasaron pero si estrecheces y era para ellos un signo de cariño y bienestar que sus hijos estuvieran bien alimentados, lo demás es accesorio.
Mi recuerdo está relacionado con la exigencia materna de la perfección y de ser «copia de, cumplir el sueño de, las expectativas de…» y de no dejarme ser yo misma. De sentirme tan diferente a los demás miembros de mi familia. De sentirme la oveja negra de la familia. De huir. No tiré la toalla con la comida. Yo usé la comida para «fastidiar» a los que me oprimían en mi personalidad. Si me dicían que comer en exceso y disfrutar con la comida no era bueno…pues yo más comía y más disfrutaba haciéndolo…con lo que mi «gordura» acabó convirtiéndose en un acto de rebeldía. Ahora miro las fotos der aquellas épocas: infancia, adolescencia e incluso madurez…y me veo estupenda: de gorda ni un gramo. Creo que me hice «gorda» al hacerme rebelde porque era la única faceta de mi vida que podía controlar: lo que comía era lo que YO dominaba y con lo que YO me diferenciaba de mi madre, tan delgada, tan perfecta y tan monísima siempre. Era también con lo que me acercaba a mi padre: tan divertido, tan jovial y tan disfrutón siempre.
Yo he conectado con algunos recuerdos muy dolorosos, no exactamente relacionados con la comida pero si con el hecho de ser «la gordita». Recuerdos de una adolescencia que, si sucediera ahora, se podría considerar como marcada por el bulling, con episodios muy duros y amargos durante esos años. Después, en mi juventud (18-25 años) hubo amagos de anorexia/bulimia en dos ocasiones (no diagnosticada en su momento pero si a posteriori, cuando salió a la luz muchos años después), y una necesidad de aprobación externa casi enfermiza …. hasta que peté y abandoné el intento…. y acepté (o me resigné) mi sobrepeso, lo cual fue un error porque lo consideré algo inmutable por un lado, aunque por otro no dejaba de intentar dietas de todo tipo (YOYO de manual), tratándome a banquetazos cada vez que no lo lograba y castigándome aún más con un «Si esto no tiene remedio, pues ¿Qué más da? De perdidos al río». Hasta ahora …. mi vida acaba de empezar de nuevo a los 52 años (51 cuando empecé el taller) … y el futuro que estoy creando para mí es ESPECTACULAR.
No tengo ningún mal recuerdo relacionado con la comida. Pero sí recuerdo haber recurrido a ella para calmar la ansiedad desde pequeña.
Me ha encantado la frase Creer en algo hace que suceda y la voy a convertir en un mantra.
No puedo crear nuevos objetivos sin haber cumplido los iniciales. Y me falta mucho camino. Aunque sí puedo decir que mi objetivo más importante a futuro será mantener los aprendizajes logrados, repasar las lecciones cada vez que lo necesite. Y no volver a pensar como antes.
Muy potente el ejercicio del mando a distancia. Yo lo que tengo en mi baúl de los recuerdos no hay nada relacionado directamente con la comida o mi forma de comer o de relacionarme con la comida, pero sí soy consciente que lo que tengo ahí guardado me ha hecho pegar atracones o me he consolado con comida que no era precisamente nutritiva.
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Me cuesta encontrar un recuerdo doloroso relacionado con la comida, aunque sí me vienen flashes de verme comiendo descontrolada por la ansiedad, igual que me vienen recuerdos de épocas en las que he estado delgada pero no por comer saludable y cuidarme sino también por estar viviendo momentos complicados a nivel emocional. Las emociones están presentes en esos recuerdos.
me encanta el ejercicio del mando a distancia, y aunque no tengo recuerdos directamente relacionados con la comida si identifico claramente el origen de mi tristeza, mi miedo y mi enfado…y tengo unos cuantos que cambiar asi que he hecho una lista para irlos trabajando uno cada semana, ya he trabajado el primero
el ejercicio es genial. No tengo ningún mal recuerdo de mi infancia respecto a la comida, porque siempre fui muy delgada y mi madre más bien conía bien poco. lo del sobre peso llegó después del fallecimiento de mi primer hijo, y luego con el segundo unos cuantos años después empecé a engordar sin parar. Todo como consecuencia de mis emociones contenidas, del miedo a muchas cosas, una veces inculcado por mis familiares y amigos y otras creado por mi misma por desconocimiento, por terror a lo que pudiera venir, por debilidad humana en definitiva. Con muchos de ellos ya me he encontrado y hemos hecho las paces, con otros aún me falta volver atrás y analizar bien aquel o aquellos momentos. Cierto que que creo en mi, y que he aprendido a mirar con las gafas de muchas perspectivas y me ayuda mucho a la hora de proyectar mi plan de vuelo.
Mi Mantra de siempre ha sido “ creas lo que creas” y siempre me ha funcionado para mi familia, mis amigos, mi trabajo lo que nunca habia pensado que también lo había hecho para mi persona. Yo comence a verme gorda despues que nació mi hija pero la verdad fue que me lo crei y lo cree porque alimente ese pensamiento. Si hasta ese momento de mi vida siempre habia sido delgada o mejor dicho nunca habia tenido problemas con la comida, ese era mi pensamiento y segui comiendo como antes en lugar de escuchar a mi cuerpo. Menos mal que ahora se como escucharlo y tengo claro la realidad y el futuro que quiero con el. TODO ESTA EN MI MENTE.
Yo no tengo ningún recuerdo relacionado con la comida. Tengo claro que como para calmar la ansiedad cuando tengo algún problema. A partir de ahora visualizare mi problema y seguramente al verlo con otras gafas no volveré a comer por ansiedad.
No tengo ningún mal Recuerdo ni En mi infancia ni en la adolescencia Yo siempre he sido una mujer más bien delgada como toda mi familia con una maravillosa educación sobre la comida Sana y saludable nada procesada. Fue a posterior. Pero este taller me ha enseñado a Quererme mas a valorarme más y que nadie puede hacerme daño.
LO QUE CREES CREA TU REALIDAD
TU ELIGES EN QUE CREER.
Yo empecé a engordar con 15 años por un tema de tiroides y porque en mi casa éramos de buen comer, yo fui siempre la flaca y enfermiza, mis padres son de buen comer, en su época lo pasarían regular en algún momento…nacieron con la guerra civil, hambre creo que no pasaron pero si estrecheces y era para ellos un signo de cariño y bienestar que sus hijos estuvieran bien alimentados, lo demás es accesorio.
Mi recuerdo está relacionado con la exigencia materna de la perfección y de ser «copia de, cumplir el sueño de, las expectativas de…» y de no dejarme ser yo misma. De sentirme tan diferente a los demás miembros de mi familia. De sentirme la oveja negra de la familia. De huir. No tiré la toalla con la comida. Yo usé la comida para «fastidiar» a los que me oprimían en mi personalidad. Si me dicían que comer en exceso y disfrutar con la comida no era bueno…pues yo más comía y más disfrutaba haciéndolo…con lo que mi «gordura» acabó convirtiéndose en un acto de rebeldía. Ahora miro las fotos der aquellas épocas: infancia, adolescencia e incluso madurez…y me veo estupenda: de gorda ni un gramo. Creo que me hice «gorda» al hacerme rebelde porque era la única faceta de mi vida que podía controlar: lo que comía era lo que YO dominaba y con lo que YO me diferenciaba de mi madre, tan delgada, tan perfecta y tan monísima siempre. Era también con lo que me acercaba a mi padre: tan divertido, tan jovial y tan disfrutón siempre.
Yo he conectado con algunos recuerdos muy dolorosos, no exactamente relacionados con la comida pero si con el hecho de ser «la gordita». Recuerdos de una adolescencia que, si sucediera ahora, se podría considerar como marcada por el bulling, con episodios muy duros y amargos durante esos años. Después, en mi juventud (18-25 años) hubo amagos de anorexia/bulimia en dos ocasiones (no diagnosticada en su momento pero si a posteriori, cuando salió a la luz muchos años después), y una necesidad de aprobación externa casi enfermiza …. hasta que peté y abandoné el intento…. y acepté (o me resigné) mi sobrepeso, lo cual fue un error porque lo consideré algo inmutable por un lado, aunque por otro no dejaba de intentar dietas de todo tipo (YOYO de manual), tratándome a banquetazos cada vez que no lo lograba y castigándome aún más con un «Si esto no tiene remedio, pues ¿Qué más da? De perdidos al río». Hasta ahora …. mi vida acaba de empezar de nuevo a los 52 años (51 cuando empecé el taller) … y el futuro que estoy creando para mí es ESPECTACULAR.
Lo que crees crea tú realidad.
Tú eliges que creer
Frases poderosas. Las pondré bien visibles
Yo no he conectado con ningún recuerdo relacionado con la comida, que me haga sufrir y por lo tanto me impida adelgazar. Seguiré pensando
No tengo ningún mal recuerdo relacionado con la comida. Pero sí recuerdo haber recurrido a ella para calmar la ansiedad desde pequeña.
Me ha encantado la frase Creer en algo hace que suceda y la voy a convertir en un mantra.
No puedo crear nuevos objetivos sin haber cumplido los iniciales. Y me falta mucho camino. Aunque sí puedo decir que mi objetivo más importante a futuro será mantener los aprendizajes logrados, repasar las lecciones cada vez que lo necesite. Y no volver a pensar como antes.
Lo más difícil para mi es encontrar o elegir que recuerdo me limita.
Muy potente el ejercicio del mando a distancia. Yo lo que tengo en mi baúl de los recuerdos no hay nada relacionado directamente con la comida o mi forma de comer o de relacionarme con la comida, pero sí soy consciente que lo que tengo ahí guardado me ha hecho pegar atracones o me he consolado con comida que no era precisamente nutritiva.