¿MENOPAUSIA O PLENOPAUSIA?

La menopausia es una etapa compleja en la vida de las mujeres, pero no tiene por qué estar llena de sufrimiento.

Si bien sientes que estás al final de tu vida reproductiva, que tu papel como madre pierde protagonismo, que tu vida laboral ha alcanzado su techo y ya no te ves tan atractiva y sexi como antes, con el enfoque adecuado, puedes vivir esta etapa de tu vida de manera equilibrada, serena, plena y feliz.

Y puedes pasar de sufrir la menopausia a disfrutar la PLENOPAUSIA!

En lugar de centrarte en los síntomas y las dificultades de la menopausia, adopta un enfoque proactivo hacia tu bienestar físico, mental y emocional.

Este es tu momento, ahora dispones de más tiempo para ti; y tienes claro lo que te gusta y lo que no estás dispuesta a sacrificar por conseguir nuevas metas o cumplir las expectativas de los demás.

Es el momento de iniciar nuevas actividades que te estimulen, que te proporcionen bienestar y placer; esas para las que no has tenido tiempo hasta ahora.

Además, comprender cómo funciona tu cuerpo, tu mente y tus emociones te ayudarán a sentirte capaz de abordar con éxito cualquier desafío que surja.

Priorizar tu autocuidado es fundamental en esta etapa. Esto incluye comer alimentos nutritivos, descansar lo suficiente, dedicarte un tiempo diario y buscar apoyo social cuando lo necesites.

Recuerda: la menopausia es una etapa natural de la vida de una mujer. En lugar de sufrir por los síntomas, vívela de manera más plena y equilibrada, priorizando tu bienestar y disfrutando de cada momento.

ATRACONES Y CULPABILIDAD

Los atracones, y el sentimiento de culpa que los acompaña, son desafíos comunes que muchas mujeres afrontan durante la menopausia.

Los atracones están relacionados con tus emociones desagradables, como el estrés, la ansiedad o la tristeza, y te llevan a comer en exceso como una forma de aliviar temporalmente estas emociones.

El sentimiento de culpa que sigue a un atracón, además de ser abrumador, inicia un ciclo negativo de comportamientos que te lleva a comer más y más y más …

No es que seas débil, o no tengas autocontrol, es la falta de herramientas de gestión emocional la que te hace darte atracones. Por lo tanto, deja de criticarte y castigarte por ello, porque lo único que conseguirás es que los atracones aparezcan con más frecuencia.

Aceptar la situación actual, tomar responsabilidad para cambiarla y ser más compasiva contigo misma te ayudará a superar el sentimiento de culpa para que los atracones desaparezcan.

Es hora de buscar alternativas saludables para manejar tus emociones!

Recuerda que, si bien los atracones y el sentimiento de culpa son desafíos comunes durante la menopausia, con apoyo emocional puedes superarlos y conseguir una relación más saludable con la comida y contigo misma.

 

ANSIEDAD NOCTURNA POR COMER

La ansiedad nocturna por comer es un desafío a afrontar muy a menudo en la menopausia. Pero existen estrategias efectivas para gestionarla de forma que no interfiera con tu descanso y con tu peso.

Aunque las fluctuaciones hormonales pueden desencadenar ansiedad y antojos nocturnos, en la mayoría de los casos el origen de la ansiedad nocturna es emocional.

Llegas a la noche agotada por un día sobrecargado de tareas que no te satisfacen y en el que has disfrutado de pocos momentos de placer.

Y la forma de relájate y darte un premio está bien a mano: comer aunque no tengas hambre.

Un buen truco para gestionar eficazmente la ansiedad nocturna por comer es beber una taza de té de hierbas o una bebida caliente sin cafeína, lo que te ayudará calmar la mente y darte ese momento amoroso de placer antes de dormir.

Escribir en tu diario emocional al final del día también es útil a la hora para identificar y abordar las preocupaciones o pensamientos que están contribuyendo a tu  ansiedad nocturna por comer.

Crear un ambiente propicio para el sueño, como leer o meditar, y evitar usar dispositivos electrónicos antes de acostarte, te ayudará a tener un mejor descanso y a reducir tu ansiedad nocturna por comer.

Sin embargo, recuerda que para eliminar la ansiedad nocturna por comer necesitas estrategias de gestión emocional adecuadas, que te permitirán mejorar la calidad de tu sueño y mantener tu peso más fácilmente.

Recuerda: ¡cuida de ti misma y prioriza tu bienestar!»

CAMBIAR TUS HÁBITOS FÁCILMENTE

Durante la menopausia muchas mujeres se esfuerzan en adelgazar, sin conseguirlo.

Esto se debe a que centran sus esfuerzos en cambiar sus hábitos tanto alimenticios como de actividad física. Pero, ¿qué pasa si te digo que el problema no radica en tus hábitos sino en algo mucho más profundo?

En lugar de enfocarte en cambiar lo que haces, averigua qué es lo que te impulsa a comportarte de ese modo. Es hora de explorar la relación que tienes contigo misma y con los demás; y de abordar las emociones que te impiden lograr y mantener esos buenos hábitos que tanto deseas.

Sin una gestión emocional correcta, emociones como la ansiedad o la tristeza te conducirán a comer en exceso o a refugiarte en el sofá en lugar de moverte.

Así que gestionar tus emociones y trabajar en una relación equilibrada contigo misma y con los demás es una forma mucho más eficaz de adelgazar al de librarte de los patrones de comportamiento que te impiden alcanzar tus objetivos de bienestar.

Recuerda: la menopausia es un momento de transformación y abordar tus emociones es la clave para lograr un equilibrio duradero en tu vida. Atrévete a mirar más allá de tus hábitos y descubre el poder de cambiar desde dentro hacia afuera para vivir más plenamente y feliz!

EL HAMBRE EMOCIONAL

Durante la menopausia, muchas mujeres experimentan cambios significativos tanto físicos como emocionales.

Uno de los desafíos más comunes a afrontar durante esta etapa es el hambre emocional: ese deseo intenso de comer no por hambre física, sino como respuesta a emociones desagradables como la ansiedad, la tristeza, la frustración o la soledad.

El hambre emocional es una forma de intentar llenar un vacío emocional con comida, buscando confort o distracción temporal de esas emociones desagradables.

Recurrir repetidamente a la comida para satisfacer tus necesidades emocionales es la causa principal de ganar peso durante la menopausia.

Y aunque la comida te proporciona un alivio momentáneo, no resuelve el origen del problema.

Aprender a gestionar tus emociones te permitirá identificar cuáles de ellas están perjudicando tus hábitos alimenticios y satisfacer tus necesidades emocionales de manera más saludable sin tener que recurrir a la comida.

Recuerda: abordar el hambre emocional evitará que comas por razones equivocadas, te permitirá desarrollar una relación más equilibrada y saludable con la comida y ¡cuidar de ti misma para vivir más plenamente y feliz!

ROMPE EL CICLO DIETA-ESTRÉS

La menopausia es una etapa llena de cambios, en la que muchas mujeres están atrapadas en el círculo vicioso estrés-dietas.

El estrés emocional, tan presente en esta fase de tu vida, desencadena una respuesta en tu cuerpo, que te empuja a buscar consuelo en alimentos grasos poco saludables, tanto dulces como salados.

Este comportamiento acelera el aumento de tu peso, lo que a su vez contribuye a que tengas más estrés y que busques soluciones rápidas como dietas restrictivas que, si bien pueden ser tentadoras, son insostenibles a medio plazo y te generan más estrés en lugar de aliviarlo.

Además, como ya expliqué en un post anterior, el estrés te hace acumular grasa y te impide soltar la que ya tienes.

Así que, al hacer dieta en lugar de adelgazar, consigues justo el efecto contrario.

¡Es hora de romper este círculo vicioso!

¿Cómo? Descubriendo el origen de tu estrés, manejándolo de manera saludable y comiendo conscientemente. Escucha a tu cuerpo y proporciónale los nutrientes que realmente necesita.

Recuerda: la menopausia es un viaje único, y cuidar de tu salud emocional y física es esencial. Rompe el círculo vicioso estrés-dieta y ¡cuida de ti misma para vivir plenamente y feliz!

EL ESTRÉS TE ENGORDA

La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres que trae consigo desafíos significativos que aumentan tu nivel de estrés.

El estrés afecta a las mujeres de muchas formas distintas durante la menopausia; y una de ellas, bastante desconocida, es el impacto que tiene en tu subida de peso.

Numerosos estudios han demostrado que existe una conexión directa entre el estrés crónico y el aumento de peso, especialmente en mujeres en fase de menopausia. Y las cifras son alarmantes: más del 48% de las mujeres españolas sufren estrés crónico sin saberlo.

Si te has preguntado por qué no puedes deshacerte de la grasa de tu tripa, el culpable es tu estrés. El estrés desencadena la liberación de cortisol, la conocida ‘hormona del estrés’, que es la responsable de que acumules grasa en la tripa.

Pero hay buenas noticias: desactivar tu estrés es posible.

Meditar, hacer ejercicio con regularidad y comer equilibradamente son soluciones temporales para reducir tu estrés. Sin embargo, no tienen un impacto positivo en la gestión de tu peso.

Cuidar tu salud emocional y psicológica para afrontar con éxito los desafíos que aparecen durante la menopausia sí marcará la diferencia entre seguir engordando cada año que pase o adelgazar y mantener un peso saludable.

Recuerda: ¡cuida de ti misma y vive plenamente y feliz!

PARA ADELGAZAR, ÁMATE MÁS!

FELIZ DÍA DEL AMOR (Propio)

Carmen compartía su vida con otra mujer, Rosa. Ya casi no recordaba cuántos años llevaban juntas.

Al principio su relación era maravillosa.

Deseaban estar todo el tiempo que podían juntas. Se reían, hacían planes de futuro, inventaban nuevas actividades que compartir, se hablaban en susurros y con lindas palabras, se apoyaban la una a la otra y no necesitaban de nadie más en “su mundo”.

Pero con el paso del tiempo otras personas entraron a interferir en su relación.

Y dedicar tiempo a los demás fue restando tiempo a su relación. Y Rosa cada vez tenía menos tiempo Carmen.

Conocer a otras mujeres en su trabajo y en el gimnasio hizo que Rosa comenzara a comparar a Carmen con ellas. De manera que ya no le parecía que Carmen fuera ni tan guapa, ni tan lista, ni tan cariñosa, ni tan ingeniosa, ni tan simpática, ni tan capaz.

Y sus conversaciones se fueron tornando cada vez más secas. Las palabras cariñosas desaparecieron y fueron sustituidas por reproches y críticas.

Y Carmen terminó buscando en la comida el cariño que Rosa ya no le daba.

Su cuerpo fue cambiando, y los kilos que acumulaba no hacían sino empeorar la situación.

Apenas soportaba encontrarse cara a cara con Rosa, porque sabía lo que tendría que escuchar:

  • No sé cómo no te da asco mirarte al espejo.
  • Así no vas a llegar a ningún sitio.
  • Me da vergüenza salir contigo y que los demás nos miren.
  • Nada de lo que te pones te sienta bien.
  • Mira qué tripa, que muslos, qué papada …

(¿Dejarías que tu pareja te hablara así?)

Por más que Carmen no se sentía a gusto en esta relación que empeoraba año tras año, tampoco sabía qué hacer para mejorarla.

Y abandonar a Rosa no era una opción.

Sería traicionarse a sí misma, a sus principios y a esos valores que sus padres le habían inculcado con tanto cariño cuando la bautizaron con el nombre de sus dos abuelas: Carmen y Rosa.

Aunque su padre siempre la llamaba Carmen y su madre siempre la llamaba Rosa.

Y es que la mujer con la que Carmen Rosa mantenía esta relación tóxica era ella misma.

¿Sabías que cuando te tratas mal tu cuerpo se protege acumulando grasa?

Por eso es tan importante AMARTE MÁS para adelgazar.

Hoy, día del Amor, te invito a reflexionar sobre cómo es tu relación contigo misma.

Del 1 al 10, siendo 10 estar enamorada de ti y 1 no poder ni verte, ¿qué puntuación le darías?

Si tu termómetro de Amor Propio no está al rojo vivo, hoy te dejo 3 claves de toda relación que te ayudarán a que te ames cada día un poco más:

1.- Tiempo:

Dedícate un rato a solas cada día.

Cuando quieres iniciar una relación amorosa, dedicar tiempo a la otra persona es importante.

No es necesario que sea mucho tiempo, pero sí que sea de calidad. Presta atención a tus necesidades y ten un detalle especial contigo cada día: una frase bonita, un tiempo a solas realizando alguna actividad que te guste, arreglarte para ti, …

 

2.- Comunicación:

¿Cómo te estás hablando? ¿Qué te estás diciendo?

¿Usas palabras cariñosas para referirte a ti o te hablas duramente?

¿Hablarías de la misma manera a esa persona a la que quieres enamorar?

Hoy prueba a mirarte al espejo y decirte algo bonito.

Puedes hacerlo mientras te aseas o te maquillas.

Quizás al principio no sepas qué decirte …

Prueba con algo sencillo del tipo “eres una gran mujer”, “tienes unos bonitos ojos”, “hoy voy a quererte más” …

Es fácil que, después de maltratarte tanto tiempo, lo que te digas te suene falso. No te preocupes, es normal.

Pero si repites este ejercicio varias veces al día, o varios días, cada vez será más fácil y creíble.

Y con el tiempo se convertirá en un bonito hábito que te ayudará a valorarte cada día más.

 

3.- Respeto.

¿Qué relación amorosa puede salir adelante si no existe respeto mutuo?

En tu relación contigo misma es básico que te respetes.

¿A qué me refiero?

A que nadie sabe de ti más que tú misma. De lo que te gusta, de lo que necesitas, de los que sientes y de lo que piensas.

Y tus opiniones, necesidades, emociones y deseos no son menos importantes que los de las personas a tu alrededor.

Y, en concreto, son decisivos para que seas tú misma; y vivas tu vida tal y como deseas.

No te quites valor frente a los demás, porque entonces tu cerebro interpretará que “no mereces la pena” y tus esfuerzos por adelgazar se verán frustrados.

Aunque, a veces, el enemigo no está fuera, ¡sino que está dentro!

¿Cuántas veces te sobre exiges y te olvidas de descansar? ¿Cuántas veces no respetas tu cuerpo y lo maltratas con dietas inútiles?

Toma hoy la decisión de respetarte, comprenderte y juzgarte benevolentemente, como harías con alguien a quien amas de verdad.

Porque para adelgazar, necesitas AMARTE MÁS.

¡Feliz día del Amor Propio! (¿Qué vas a reglarte hoy?)

CÓMO DERRIBAR LOS MUROS QUE TE IMPIDEN TOMAR ACCIÓN PARA ADELGAZAR

La semana pasada estuve esquiando.

Vivir en Lanzarote tiene la ventaja de que tenemos sol y playa todo el año; así que, desde que vivó aquí, comencé a coger vacaciones en invierno para ir una semana a esquiar.

Cada año espero con ilusión la llegada de esa semana de esquí. Pero, como pasa casi un año entre una vez y otra, el primer día siempre me supone una salida grande de mi zona de confort.

Voy cargada con capas de ropa que me impiden moverme libremente, las botas aprietan una barbaridad, con los guantes me siento patosa, el frío hace que me encoja, las pistas se me antojan empinadísimas, y mi mente comienza a enumerarme la cantidad de peligros que puedo correr.

Sin embargo, meto los pies en los esquís, tomo aire y … me deslizo suavemente por la primera pendiente disfrutando como una niña.

10 minutos después me río de mi misma, porque cada año me sucede lo mismo.

Y todo esto, ¿qué tiene que ver todo esto con adelgazar?

Pues en realidad, bastante.

Si leíste mi post anterior “Muros (derribables) que te impiden tomar acción para adelgazar”, ya sabrás que las dos principales razones por las que, a pesar de querer en adelgazar, no tomas acción, son tu cerebro (que te boicotea) y tus miedos.

Exactamente igual que me pasa a mí antes de comenzar a esquiar.

¿Y qué es lo que hago yo para esquiar que tú puedes aplicar para adelgazar?

No, no se trata de que te tires por una pendiente (jijiji).

Lo primero es identificar tus miedos.

Y aquí llega el momento de recordar que tus miedos NO SON MALOS.

El miedo es una de las emociones más primitivas y aparece para protegerte de algo que percibes como una amenaza.

Párate a escuchar lo que te estás diciendo e identifica la amenaza que percibes detrás. Te dejo algunos ejemplos de frases que muy a menudo escucho a las alumnas de “Plena y Feliz con +50” y de la amenaza que su subconsciente percibe detrás de ellas:

          “No voy a lograrlo”: no ser capaz.

          “Será una pérdida de tiempo”: perder el tiempo y/o a esforzarte sin recompensa.

          “A mí no funcionará”: no ser como las demás o equivocarte en tu decisión.

          “No tengo ganas de sufrir y dejar de comer/hacer lo que me gusta”: perder tu libertad.

          “Seguro que abandono antes de llegar al final”: no ser suficiente.

          “Ahora no es mi momento”: no merecerlo.

 

Una vez que has identificado tus miedos, llega el momento de desmontarlos.

Y para ello la palabra clave no es “amenaza” sino “percibes”.

Si tomas tu lista de amenazas te darás cuenta de que lo que imaginas que sucederá no existe todavía. Tu mente te proyecta hacia un futuro terrible, pero inexistente.

Es decir, que lo que tanto temes que suceda NO ES REAL.

Pero como ya te ha sucedido otras veces, temes que vuelva a pasar, y lo percibes como una amenaza real.

Y, sin duda, se convertirá en realidad si haces lo mismo que has hecho otras veces.

Las mismas acciones que llevas repitiendo durante años (privarte y castigarte con dietas restrictivas o ejercicios agotadores; catigarte y premiarte con la comida; esconder tus emociones, …) te conducirán al mismo resultado. Y entonces la amenaza SÍ será real.

Pero como tu futuro depende de las decisiones que tomes HOY, puede decidir hacer algo distinto esta vez, como poner a trabajar a tu favor tus pensamientos y emociones. Y que ellos te ayuden a crear el futuro que quieres, no el que temes.

Una vez hayas tomado esta decisión llega el momento de evaluar tus cualidades personales, que sin duda son muchas (aunque de primeras no se te ocurran demasiadas).

Te invito a tomar lápiz y papel; ponerte un cronómetro de 60 segundos y ver cuántas de tus cualidades eres capaz de escribir en ese tiempo. Luego podrás ir añadiendo a esa lista otras que se te ocurran (me encantará que las compartas en los comentarios).

Si en un minuto no has escrito al menos 15 de tus cualidades, te invito a que preguntes a 5 personas que te conozcan bien y completes la lista.

El siguiente paso consiste en elegir de entre tus cualidades aquellas que te ayudarán en este proceso.

Por ejemplo, si eres creativa, serás capaz de encontrar distintos caminos para alcanzar tu objetivo de adelgazar; y podrás elegir el que más te guste y menos te cueste.

Si eres tenaz, no te rendirás a la primera cuando las cosas no vayan como tú quieres; y seguirás intentándolo.

¿Eres alegre, buena persona, carismática, dicharachera, empática, práctica, estudiosa, madraza, lista, positiva, generosa, pro-activa, …?

¿Cómo puedes aplicar esas cualidades (que seguramente ya aplicas en otros ámbitos de tu vida) a tu propósito de adelgazar?

Siendo consciente de tus puntos fuertes y apoyándote en ellos llega el momento de identificar tus  necesidades de aprendizaje.

Porque es más fácil acallar tus miedos con herramientas que te den seguridad que si decides saltar al vacío confiando en que haya una red que te recoja al final.

¿Qué es lo que necesitas aprender o qué habilidades necesitas incorporar al proceso de adelgazar? ¿Quién necesitas que te apoye, te acompañe o te guíe en este proceso?

¿Sabes cómo manejar esos pensamientos que te impiden tomar acción para adelgazar y crear  afirmaciones positivas que los transformen y que te impulsen?

¿Sabes cómo manejar tus emociones para que sean el combustible que te haga imparable en lugar de ser el lastre que te mantiene atada a la comida?

¿Sabes cómo activar tu motivación para que no sólo te dé el empujón inicial, sino que te mantenga en marcha hasta conseguir tu objetivo?

Si la respuesta a estas preguntas te lleva a la conclusión de que es tu momento de tomar acción pero sola no lo conseguirás, te invito a que te unas GRATIS a la Clase Inaugural de “Plena y Feliz con + 50” que se celebrará hoy miércoles 9 de febrero a las 18:30 h (Madrid).

Como cada vez que comienzo a acompañar a un nuevo grupo de mujeres en su transformación hacia una vida más plena y feliz, en la que el autoconocimiento y una correcta gestión de sus pensamientos y emociones les permita bajar de peso, me siento muy emocionada.

Y estoy deseando ver lo lejos que van a llegar en los próximos 6 meses.

Y tú ¿dónde quieres estar dentro de 6 meses? Toma acción HOY para crear ese futuro que tanto deseas.

MUROS (DERRIBABLES) QUE TE IMPIDEN TOMAR ACCIÓN PARA ADELGAZAR

¿Cuántas veces a lo largo de tu vida has pensado en adelgazar? 

Recuerdo una tarde que estaba ayudando a mi hija Blanca (que por aquel entonces tendría unos 9 años) con sus deberes de matemáticas.

Tenía que resolver un problema de días, meses y años … algo así como “Si Ana va al mercado 3 días a la semana, ¿cuántas veces irá en un mes? Y ¿cuántas veces habrá ido después de 4 años?”

Mientras ella calculaba las idas y venidas de Ana al mercado, mi cabeza viajó hacia un pensamiento bastante recurrente en mí en aquella época (como en muchas otras de mi vida): tengo que adelgazar.

Y a continuación de éste vinieron los inevitables “peros”: ahora no tengo tiempo de ir al gimnasio; no me apetece nada ponerme a dieta; al final siempre la dejo antes de adelgazar lo suficiente; no merece la pena ni ponerme porque pierdo con mucho esfuerzo y luego engordo de nuevo; la medicación que estoy tomando me hace engordar y no va a servir de nada

Con las preguntas que me hacía mi hija, el problema de matemáticas y mis pensamientos terminaron por fusionarse; y me vi calculando cuántas veces a la semana, mes y año pensaba en adelgazar sin ponerme a ello realmente!

Te animo a que lo calcules tú también: toma papel y bolígrafo (o calculadora) y escribe cuántas veces lo piensas en una semana, multiplícalo por las 53 semanas del año y por todos los años que llevas pensando en adelgazar.

Impresionante cifra, ¿verdad?

De todas esas veces, ¿cuántas has tomado realmente acción?

Como dice el refrán, “del dicho al hecho hay un buen trecho”.

(No se trata de que te juzgues ni te culpabilices por ello. Sólo de que tomes conciencia.)

¿Te has preguntado alguna vez qué es lo que te está impidiendo pasar a la acción?

¿Por qué tu cabeza sabe qué hacer, pero tu cuerpo no lo hace?

Hoy te explico los 2 principales motivos.

El primero es que tu cabeza no siempre juega a tu favor

Si leíste mi post “PROPÓSITO: ADELGAZAR. Consíguelo en 4 sencillos pasos”,  ya sabes que tu cerebro está diseñado para ahorrar energía.

Y cualquier acción que le suponga un esfuerzo extra, sin percibir que el resultado merece la pena, supondrá la aparición inmediata de excusas que te impedirán alcanzar el resultado que esperas.

En algunas ocasiones estas aparecen por lo que te estás diciendo y cómo te estás hablando. Entonces  tu cerebro te boicotea llevándote a procrastinar, es decir, a retrasar continuamente el paso a la acción.

En otras, y debido al exceso de información que hay en todas partes sobre qué hacer para adelgazar (la gran mayoría inútil), te quedas atrapada en la “parálisis por análisis”, consumiendo tal cantidad de energía en tomar una decisión que ya no te queda nada para pasar a la acción.

El segundo motivo es porque en la ecuación mente-cuerpo falta un factor MUY importante: tus emociones.

Y, en concreto, unas de ellas: tus MIEDOS.

Lo que te dices para no pasar a la acción no es más que la voz de tus miedos: miedo a no lograrlo, miedo a perder el tiempo, miedo a elegir una opción y equivocarte, miedo a sufrir, miedo a que no funcione, miedo a no ser capaz, miedo a no merecer conseguirlo …

Estoy segura de que has oído hablar de la zona de confort.

Al contrario de lo que su nombre indica, no es el lugar en el que estás cómoda (dudo que tu sobrepeso te haga sentir así; si no, no estarías leyendo este artículo). 

La zona de confort es tu zona conocida, esa en la que tu cerebro se siente SEGURO.

Y, ¿cuáles son los muros que tu cerebro levanta alrededor de tu zona de confort para protegerte (o encerrarte)?

Tus MIEDOS.

A partir de ellos, comienzan a aparecer (como invitadas a una fiesta en la que nadie se lo pasa bien) otras emociones como la falta de confianza, la culpabilidad, la ansiedad, el estrés, la frustración y la falta de motivación. 

Y, como en cualquier fiesta, estas invitadas poco deseables te piden COMIDA!

Entonces la reunión se vuelve un desastre del que cada vez te parece más difícil escapar; y cuyo resultado es que, en lugar de tomar acción para adelgazar, comes más!

Pero, ¿cómo escapar de esta prisión?

Con las herramientas adecuadas!!! 

Y no hablo de pico y pala para cavar un túnel (jijiji). 

Sino de gestionar esos miedos y activar tu motivación para dar seguridad a tu cerebro de que el resultado que conseguirás merece la pena (o mejor dicho, la alegría).

Atenta a mi siguiente post dónde te facilitaré algunas de estas herramientas para derribar los muros que te impiden adelgazar.